El ecuatoriano Marcos Fioravanti, junto a los estadounidenses Chris Canaday y Charles Henry, investigadores en saneamiento y desarrollo sostenibles desarrollarán una innovadora investigación para promover la salud global, trabajando durante 18 meses en el desarrollo de un sanitario eco-eficiente que no usará agua ni energía y producirá abono para plantas, mediante un mecanismo simple, económico, seguro y agradable para el usuario.
Ellos son parte de los 85 grupos de investigadores beneficiados en la sexta ronda de GCE, anunciados el pasado 28 de abril por la Fundación Bill & Melinda Gates.
“Los ganadores de GCE están expandiendo la gama de ideas para los más serios retos en cuanto a salud global y desarrollo sostenible, en los que el pensamiento creativo es lo que se necesita más urgentemente" dijo Chris Wilson, director de Descubrimientos en Salud Global de la Fundación Bill & Melinda Gates.
Para ganar estos fondos fue necesario demostrar sus propuestas mediante una aplicación en línea de dos páginas, enfocándose en uno de los siguientes cinco ámbitos relacionados a salud y desarrollo: erradicación del polio, VIH, tecnologías de saneamiento y salud familiar y tecnologías móviles para la salud.
Fioravanti, Canaday y Henry llevan más de 10 años investigando alternativas de saneamiento sostenible, que permitan deshacernos de manera segura de nuestros desechos, y a la vez eviten el desperdicio de recursos naturales. “Los sanitarios convencionales son muy cómodos y agradables al momento del uso y fueron viables en una época, pero desperdician y contaminan grandes volúmenes de agua limpia, consumen mucha energía, y depositan nuestros nutrientes en el fondo de los océanos” comenta Fioravanti. “El 40% de la población del planeta, 2.800 millones de personas, no tienen acceso a saneamiento básico, pero a la vez 1.000 millones no tienen acceso al mínimo recomendado de agua pura; ese es el reto… ¿cómo solucionar el primer problema, sin agudizar más aún el segundo?... y eso es lo que podremos ofrecer al mundo al desarrollar un prototipo de sanitario eco-eficiente, económico y funcional” agrega el ecuatoriano.
Los tres investigadores ya tienen varios prototipos desarrollados y probados. Los retos ahora son hacerlo agradable, cómodo y seguro para el usuario; y el segundo es que sea económico, y esté al alcance de los más pobres”. Menciona además que están “interesados en establecer conversaciones con universidades, para identificar oportunidades de colaboración en el monitoreo de ciertos parámetros; y con empresas privadas industriales y financieras para identificar posibles sinergias en esquemas de producción en serie y financiamiento para que la tecnología esté al alcance de todos; así mismo, sería clave conversar con el sector público sobre la aplicación de este nuevo sanitario sostenible”.
La siguiente ronda de proyectos comienza en Septiembre.