por J. G. Cobo Borda
Están invadiendo Europa
sirvientas turcas, exiliados chilenos,
turistas japoneses
gastan su aire,
cuelgan trapos sucios en las ventanas,
se quejan de la poca sensualidad alemana.
¿las catedrales subsistirán
a pesar de tales vándalos?
¿Las cámaras fotográficas
podrán hacer aún más daño
a los lienzos craquelados?
¿La mierda de las palomas
alcanzá a proteger
las feroces gárgolas
de la cristiandad hecha pedazos?
Nuevas oleadas
venidas de los extramuros del mundo
–Colombia, la India, Ghana–
se lanzan al asalto.
Y ellos, los rudos visigodos,
los malolientes bávaros,
contemplan como la nueva tribu atrabiliaria
devora museos, consume paisajes,
hurta los souvenirs infames.
Se esconden entonces
en los cuidados bosques
de sus barrios residenciales,
lejos del smog
pero no de su propia historia
implacable.
Publicado en La otra ezcuela